¿Favorecemos
como padres de familia un clima emocional que permita a nuestros hijos un
óptimo desarrollo personal y académico? ¿Por qué los padres de familia somos
responsables de generar un clima emocional adecuado, para que nuestros hijos
desarrollen las habilidades sociales que les permitan una buena actuación para
la vida?.
La influencia que tiene la familia para generar un adecuado clima emocional desde la infancia es determinante, ya que es el primer grupo social con el que tiene contacto la persona y a partir de ella, se comienza a percibir adecuadamente los hechos sociales que cada vez son más complejos, siendo necesario que tenga mayor conocimiento y control de sus emociones, para poder expresar de manera adecuada sus sentimientos y pueda proyectarse en una mejor calidad de vida.
“Las habilidades sociales son las capacidades que posee el
individuo para resolver sus propios problemas y las de su medio sin perjudicar
a los demás” (Goldstein 1980). La familia es un espacio de encuentro personal,
de filiación, de donación en su significado más profundo y humano; la familia
es un encuentro que da identidad; tiene gran importancia tanto en el desarrollo
de la personalidad, como en el contacto interpersonal, además tiene efectos en
la motivación hacia el estudio y de las expectativas de éxitos académicos en el
futuro (Papalia 1999).
Así también otros expertos consideran como factor significativo
para el rendimiento académico, el clima familiar (Baeza, 1999) ya que le
brinda el tener adecuadas relaciones interpersonales primero con los
integrantes de la familia y luego con otras personas.
El clima laboral está relacionado con las interacciones que los
padres desarrollan con los hijos en el hogar, las cuales varían en cantidad y
calidad (Benítez, 2000). El tipo de interacción familiar que establecen los
sujetos desde su temprana infancia, ejerce influencia en sus diferentes etapas
de vida, facilitando o dificultando las relaciones en las diferentes esferas de
actividad: educativa, formativa, social y familiar.
Como ya se ha mencionado, el primer referente en la construcción
de la socialización del niño/a y adolescentes es la familia, pues proporciona
los modelos para las conductas sociales tales como escuchar, iniciar y mantener
una conversación y reglas de cortesía (saludar, dar las gracias, esperar un
turno, pedir por favor las cosas, pedir perdón, pedir permiso, etc.,) la
interacción social inicia desde la primera infancia, favorecida por
adquisiciones efectivas características de ésta etapa del desarrollo humano.
Sin embargo, el avance de las habilidades sociales no es igual en todas las
personas ya que es influenciado por factores como el género, la personalidad y
los estímulos recibidos.
Las habilidades sociales pueden definirse como “la conducta que
permite a una persona actuar con base en sus intereses más importantes,
defenderse sin ansiedad inapropiada, expresar cómodamente sentimientos honestos
o ejercer los derechos personales, sin negar los derechos de los demás”
(Alberti y Emmons, 1978). En la adolescencia es muy importante el desarrollo de
éstas habilidades porque en esta etapa de vida, además de producirse un cambio
físico y psicológico, cobrará un gran valor lo referente al ámbito de las
relaciones y de intercambio social, ya que empiezan a ser más
independientes de su familia y a buscar su identidad a través de su
identificación en su grupo social de iguales, con los cuales tienen que
relacionarse, así como también con personas mayores que ellos, de los que los
separa una distancia cultural importante (padres, profesores ) y con el otro
sexo.
Las normas que están rigiendo al mundo han cambiado, actualmente
no solo se nos juzga por lo más o menos inteligentes que podamos ser, ni por
nuestra formación o experiencia, sino también por el modo en que nos
relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Las habilidades sociales
siempre deben de desarrollarse porque se requieren en cada etapa de nuestra
vida.
La inteligencia académica no es suficiente para alcanzar el
éxito profesional, sino es el conocimiento de nuestras emociones y como
gobernarlas de forma apropiada para que colaboren con la inteligencia, así como
el cultivar las relaciones humanas, el interesarse más por las personas que por
las cosas y el entender que la mayor riqueza que poseemos, es el capital
humano.
La inteligencia no garantiza el éxito en la vida cotidiana,
tampoco garantiza la felicidad, ni que tengamos más y mejores amigos, sino que
las habilidades emocionales y sociales son las responsables de nuestra
estabilidad y de nuestro ajuste relacional.
La educación emocional debe contar con los padres de familia, ya
que juegan un papel importante en la educación emocional de los integrantes de
la misma, ya que como hemos comentado, es el primer espacio social
con el que cuentan los hijos y en donde de acuerdo al clima emocional en
el que se encuentren, determinará su actuación para la vida.
¿Queremos hijos felices y exitosos en la vida?, entonces los
padres de familia debemos comprometernos a ser mejores como personas, a
tratarlos con respeto a orientarlos con cariño y corregirlos con amor, sólo de
ésta manera estaremos cumpliendo con la responsabilidad que se nos ha confiado.
Nadie dijo que educar a un hijo es cosa fácil, pero lo que es
seguro, es que con tolerancia, entusiasmo y conocimiento de lo que necesitan
para su desarrollo biopsicosocial, podremos darles una buena educación para la
vida.
Recordemos una frase de San Agustín de Hipona: “¡paciencia,
paciencia … y más paciencia!"
Agradecemos el presente artículo a la Dra. Denis Andrea Márquez Acosta: Psicóloga
Educativa, Maestría en Enseñanza Superior, Maestría en Administración Escolar,
Doctorado en Pedagogía, Diplomado en Psicología del Deporte y Diplomado en
Terapia Familiar. Experiencia Docente en Educación Superior en las
Licenciaturas de Ciencias de la Educación, Medicina y Psicología. Actualmente
Coordinadora Académica de Licenciaturas en la Escuela Dr. Alberto Zoebisch.
1 comentario:
Buenos días! Agradezco la creación de este blog y aun más lo interesante de su contenido, sin duda alguna la responsabilidad que tenemos como padres de familia es de suma importancia el papel que desarrollamos en la formación personal, social y académica de nuestros hijos. Como lo mencionó cada día se vuelve más compleja la situación social y la capacidad que deben de tener para desarrollarse con demás debe de ser a través de su autoconocimiento y estabilidad emocional, respetarse y respetar a los demás. Y encontrar en la familia el apoyo para saber que se les ama, y estamos dispuestos a darles la educación no únicamente al enviarlos a una adecuada escuela sino también con el ejemplo en el hogar. Quedo a sus órdenes. Y agradezco la excelente calidad educativa que siempre han mostrado así como la atención afectiva para con mi hija.
Atte.
Angélica Sánchez Rubio
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